Cuando es necesario el ajuste de brackets

¿Cuándo es necesario el ajuste de brackets?

Muchas personas vienen a mi consulta con una pregunta muy concreta: “¿Cada cuánto se deben ajustar los brackets?” Y aunque la respuesta puede parecer sencilla, en realidad hay varios factores que influyen en ello. Lo que sí está claro es que el ajuste de brackets es una parte fundamental del tratamiento de ortodoncia.

Si llevas un aparato o estás pensando en ponértelo, entender cuándo y por qué se ajustan los brackets puede ayudarte a sentirte más tranquilo, más informado y, sobre todo, más implicado en tu propio proceso. Y si ya estás en tratamiento pero no estás satisfecho con tu ortodoncista actual, quizás este artículo te dé motivos para buscar una segunda opinión.

Llevo años trabajando con pacientes que buscan mejorar su sonrisa y su salud bucodental. Para mí, cada caso es único. Y los ajustes son una de esas fases que pueden marcar la diferencia entre un tratamiento que avanza correctamente y uno que se estanca.

¿Qué es exactamente un ajuste de brackets?

Cuando hablo de ajustes en consulta, muchas veces noto que hay confusión. Algunos pacientes creen que el ajuste de brackets es una simple revisión rutinaria, sin cambios importantes, pero lo cierto es que se trata de una fase activa y fundamental del tratamiento. Donde modifico la fuerza que ejercen los brackets sobre los dientes para que sigan moviéndose según el plan que he diseñado para ti.

Durante un ajuste, puedo realizar diferentes acciones:

  • Cambiar el arco (el alambre que conecta los brackets) por uno más grueso o más flexible, según la fase en la que te encuentres.
  • Sustituir las ligaduras o gomitas, que con el tiempo pierden tensión.
  • Aplicar elásticos intermaxilares si es necesario corregir la mordida.
  • Realizar pequeñas correcciones si hay algún diente que no está respondiendo como debería.

No hay dos ajustes iguales. Cada boca responde a su ritmo, y yo me adapto a eso. Este seguimiento personalizado es fundamental para que el tratamiento avance correctamente y sin contratiempos.

¿Cada cuánto se deben hacer los ajustes?

Una de las dudas más habituales en consulta es con qué frecuencia debe realizarse una revisión de ortodoncia o un ajuste de brackets. La respuesta no es única.

La frecuencia estándar suele ser de una visita cada cuatro a seis semanas. Ese intervalo es el que permite que los dientes se muevan de forma segura y progresiva, sin forzar el hueso ni los tejidos. Pero insisto: esto no es una regla fija. A veces puede ser necesario ver al paciente antes, y otras veces podemos espaciar más las visitas.

¿Cómo decido cuándo es el mejor momento? Me baso en varios factores:

  • La fase del tratamiento en la que estás.
  • Cómo han respondido tus dientes a los ajustes anteriores.
  • Si estás utilizando tecnologías de seguimiento como Dental Monitoring, que me permiten controlar tu evolución cada semana sin que vengas a la clínica.
  • Y, sobre todo, en cómo te sientes tú. Porque escuchar al paciente también es una herramienta diagnóstica.

A veces, en otras clínicas, los ajustes se hacen “porque toca”. En mi caso, prefiero revisar bien si es el momento adecuado. No siempre más visitas significan mejores resultados. Lo que importa es que cada paso tenga un sentido dentro del plan de tratamiento.

¿Puedo necesitar un ajuste antes de lo previsto?

Sí, y es más común de lo que parece. Hay ciertas señales que te pueden indicar que deberías contactar con tu ortodoncista antes de la siguiente cita programada. Estar atento a estos signos puede ayudarte a detectar si necesitas un ajuste de brackets antes de la fecha prevista.

Algunas de las más habituales son:

  • Dolor intenso o prolongado, más allá de los 3-4 días posteriores al último ajuste.
  • Un bracket o alambre suelto, que puede interrumpir el tratamiento o causarte heridas.
  • Cambios que no esperabas, como que los dientes dejen de moverse o que notes una presión muy diferente de un lado a otro.
  • Ligaduras sueltas o que han perdido tensión.
  • Sensación de que el tratamiento no avanza o que nadie está haciendo seguimiento real.

Cuando veo este tipo de situaciones en mis pacientes —o en personas que vienen de otras clínicas buscando una segunda opinión— lo primero que hago es una revisión completa. Quiero asegurarme de que todo sigue su curso y, si hay algo que corregir, lo hago sin perder tiempo.

En mi experiencia, un buen seguimiento evita la mayoría de complicaciones. Por eso siempre recomiendo no esperar si notas algo extraño. Y si no tienes respuesta o confianza con tu ortodoncista actual, es el momento de buscar otra opción.

¿Qué pasa si no estoy contento con los ajustes que me hacen?

Esta es una pregunta muy delicada, pero también muy habitual. Hay pacientes que llegan a mi consulta tras haber estado meses en tratamiento sin entender bien qué les están haciendo o por qué no ven resultados. Otros sienten que las visitas son rápidas, impersonales o que todo el proceso se ha convertido en algo automático.

Yo no trabajo así. Para mí, la ortodoncia es algo más que alinear dientes. Es un proceso clínico y humano, donde el diálogo con el paciente es clave. Y los ajustes no son una excepción: en cada visita te explico qué cambios voy a hacer, qué objetivo buscamos y cómo esperamos que reaccione tu boca.

Si crees que tus visitas son muy rápidas, impersonales o poco explicativas, es posible que no estés recibiendo el ajuste de brackets adecuado. En ese caso, puedes valorar una segunda opinión.

Si estás en tratamiento con otro profesional y no te sientes acompañado, te ofrezco la posibilidad de venir a verme para hacer una valoración personalizada y sin compromiso. Revisaremos tu caso, te diré si todo va como debería o si hay margen de mejora. A veces, un pequeño cambio en el enfoque puede suponer una gran diferencia.

¿Duele el ajuste de brackets?

Sé que esta es una de las preguntas que más preocupan, sobre todo si es la primera vez que llevas brackets o si has tenido una experiencia anterior poco agradable. Y te lo digo con total honestidad: 

El ajuste de brackets puede generar una ligera molestia, pero no tiene por qué doler de forma intensa.

Lo que normalmente sienten mis pacientes es una presión o sensibilidad en los dientes durante las primeras 24-72 horas después del ajuste. Esto es totalmente normal: al cambiar el arco o modificar la tensión, los dientes comienzan a moverse de nuevo, y eso puede generar incomodidad. Pero no es algo permanente.

Lo que hago en consulta es explicarte desde el primer día qué puedes esperar después de cada visita, y cómo aliviar esa molestia si aparece. A veces recomiendo comer alimentos más blandos durante un par de días. Con estos pequeños cuidados, la gran mayoría de pacientes pasa esta fase sin problemas.

Además, el tipo de aparato también influye: si llevas brackets de baja fricción o sistemas más modernos, el ajuste es más suave. Y si estás con ortodoncia invisible, los cambios de alineadores suelen ser mucho más cómodos.

Qué hacer después de un ajuste de brackets

Siempre me gusta dar indicaciones claras después de cada revisión, porque los días posteriores a un ajuste son importantes para consolidar los cambios. Aquí te comparto algunos consejos que suelo dar a mis pacientes para que esta fase sea lo más llevadera posible:

  • Evita alimentos duros o muy pegajosos durante las primeras 48 horas. Te ayudarán a prevenir dolor innecesario y proteger los brackets.
  • Si tienes heridas o llagas, puedes aplicar cera ortodóncica en la zona del aparato que te molesta, o usar un enjuague específico para mucosas orales.
  • Mantén una higiene excelente. Después de un ajuste, hay zonas más sensibles, pero es justo cuando más hay que cepillar bien para evitar inflamación de encías.
  • Si notas que algún bracket se ha despegado o el alambre se ha salido, no esperes: contacta conmigo y te doy cita para revisar que todo sigue en orden.
  • Y si llevas elásticos intermaxilares, sigue usándolos exactamente como te indiqué. Son una parte clave del tratamiento.

A veces, un pequeño descuido en estos días puede retrasar todo el tratamiento varias semanas. Por eso, me gusta asegurarme de que cada paciente entienda perfectamente qué hacer y qué no hacer tras el ajuste.

Seguir estas pautas tras tu cita de ajuste con el ortodoncista te ayudará a avanzar de forma más cómoda y eficaz en el tratamiento.

Lo que marca la diferencia: un seguimiento individualizado

Con los años me he dado cuenta de que una de las cosas que más valoran mis pacientes es que me implico en cada caso como si fuera único. No me limito a revisar que los brackets estén bien colocados: quiero saber cómo te sientes, si hay algo que te preocupa, si estás notando avances, o si hay algo que podríamos hacer mejor.

Esa atención al detalle es lo que permite que los tratamientos avancen de forma fluida. Y también es lo que me permite detectar a tiempo cualquier desviación en el movimiento dental, para corregirla antes de que se convierta en un problema.

Además, desde hace tiempo utilizo herramientas como Dental Monitoring, que me permiten hacer seguimiento a distancia. Así, aunque no estés físicamente en la clínica, puedo ver cómo evoluciona tu sonrisa y ajustar el tratamiento sin necesidad de visitas innecesarias.

Esto no solo mejora los resultados, también te permite vivir tu tratamiento con más tranquilidad. Y para mí, eso es igual de importante que conseguir una sonrisa perfecta.

Si te interesa saber cómo funciona esta tecnología, te invito a leer este artículo del blog donde explico con más detalle qué es y para qué sirve Dental Monitoring en ortodoncia.

https://carlesnavarro.com/dental-monitoring/ 

Cómo saber si necesitas ajustar tus brackets (o cambiar de ortodoncista)

Si llevas tiempo con brackets y no notas cambios, si sientes que las revisiones son rápidas y poco explicativas, o si simplemente tienes dudas sobre si tu tratamiento está avanzando como debería, es momento de hacer una pausa y buscar una segunda opinión.

Me encuentro con frecuencia con personas que acuden a mí porque sienten que algo no va bien, pero no saben explicar qué. Y eso es precisamente lo que trato de descubrir en una primera visita: qué está pasando, si todo está correcto o si hay algo que podamos mejorar.

Un tratamiento de ortodoncia bien llevado requiere ajustes regulares, seguimiento individualizado y una comunicación clara. Si falta alguna de estas piezas, es muy difícil conseguir un resultado óptimo.

Así que, si estás leyendo esto porque no estás del todo contento con tu tratamiento actual, o si simplemente quieres empezar con buen pie, estaré encantado de ayudarte. Puedes pedirme una primera valoración sin compromiso. Revisaremos tu caso y te diré con total honestidad qué podemos hacer.

Si no ves avances o no sabes cuándo te toca la próxima revisión de ortodoncia, eso ya es una señal de alerta.

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